Cuando te marchaste


Es difícil explicar con palabras aquellos sentimientos que pasan por mi corazón es difícil describirlos, porque no encuentro los adjetivos indicados, los verbos necesarios, los sustantivos correctos para dar cuenta de aquello que se apodera de mi razón, convirtiendo todo lo que creía, todo lo que pensaba, todo lo que añoraba, en absurda nada, arrasó también con aquellas ilusiones que tu paso por mis horas habían generado, transformando lo que aún para mí era cierto y verdadero en devastadoras sombras de angustia inexplicable…


De repente un silencio sepulcral cubre mi alma, aquella que una vez cantaba y danzaba de alegría con el simple sonido de tu voz, mi interior se encuentra sumergido en un caos devastador desafiando aquella perfección que la naturaleza ha otorgado a los interiores humanos. Y es aquí entre tanta revolución, entre tantos cambios cuando me encuentro en la difícil tarea de sacar a la luz, aquellas viejas y nuevas penas, cuyas hondas cicatrices siguen sangrando todavía…


Y de esta manera tal vez encontrando esas palabras mágicas, irreales que agoten con su sentido lo que yo quiero decir, lo que mi corazón grita desde adentro en lo profundo, tal vez así de esa manera, aunque sea un instante volviera la luz a mis ojos, aquellos que se cegaron para no ver lo que el dolor desgarrador de la espera que provocaba en mi ser, ya frágil y vulnerable como un cristal. Entonces tengo que volver a recordar para olvidar, para tal vez aliviar así el peso de mis piernas que ya fatigadas, no solo cargan conmigo, si no también con aquel recuerdo de un tiempo de felicidad…


Y es aquí, cuando inevitablemente debo nombrarte, porque no creo encontrar la cura al mal que me aqueja si no te menciono, aunque sea por última vez. Son demasiadas sensaciones, certezas, sentimientos los que aún conservo de ti, aún deambulan no solo en mis realidades si no también en mis sueños, y me aferran a aquellos momentos donde el verdadero amor fue posible, no me quiero engañar aún te extraño, no estoy buscando no extrañarte, estoy buscando alguna explicación que me devuelva la tranquilidad…


Aquella extraña satisfacción que me convenza de una vez que tu presencia no fue en vano, que aquello que viví contigo tenía algún sentido, más allá de la angustia, del dolor, de la soledad, de todo aquello que hoy después de la desilusión se ha apoderado de mis amaneceres de mis atardeceres, de mis letargos días.


Yo lo sé, soy una ingenua tratando de buscar sentido a esta gran utopía, tratando otra vez de encontrar palabras a mis sentimientos, tratando de plasmar en un papel cuanto has significado, porque de esta manera trato de no enojarme tanto conmigo por quererte aún después de todo lo que pasé cuando te marchaste.
Att. Laura Ordoñez

No hay comentarios:

Publicar un comentario